Las Puertas de la Percepción

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10 agosto, 2005

Hace mucho tiempo ya que no me paraba a escribir, ultimamente me conformo tan solo con pensar. Pero eso se acabó. Me gusta escribir, me gusta leer y recordar lo que una vez pasó por mi cabeza, unas veces dejando huella y otras no. Y tenerlas siempre a mano; ver cómo cambio de ideas y opinión casi sin darme cuenta, hasta que llego a mi "Cueva Silenciosa", releo mi última entrada y veo que todo ha cambiado, o nada quizá.
A veces no tengo nada que contar, o simplemente no se cómo contarlo y trato de reflejarlo con estúpidas canciones, cartas no enviadas, ni siquiera escritas sobre papel, o conversaciones que nunca tuvieron lugar pero que desearía tener el valor de iniciarlas, aún temiendo el curso que podrían llegar a tomar.

Desde la última vez que escribí algo con sentido ha pasado mucho tiempo, y han pasado muchas cosas también. No me propongo contarlas todas ahora mismo pues me dejaría la mitad de ellas en el tintero.

El curso no fue nada bien. No se porqué pero en los dos últimos años voy de mal en peor. Mis notas han ido tomendo una pendiente negativa cada vez más pronunciada. Aún recuerdo mis preciosos notables y sobresalientes de Bachiller, o mi 7.85 de selectividad, del cual me siento muy orgullosa, pues recuerdo que tan solo estudié dos días por asignatura... En 1º de carrera conocí los cincos y sus decimales, a los cuales me aboné durante todo el curso, salvo algunas excepciones como en Historia de la Economía que llegué al notable alto. El año siguiente se me presentaron los suspensos en la puerta, y yo, tan amable que soy, les invité a pasar. Y se sintieron tan agusto junto a mi que todavía no me han abandonado. Así que me presento en mi cuarto año de carrera con asignaturas de segundo y tercero, y por supuesto, ninguna de cuarto.
Lo peor no es que posiblemente aún me queden dos años para acabar cuando me correspondería terminar este curso que empieza, sino que me dieron un plazo de cuatro años, cinco a lo sumo, para terminarla, cosa que es muy poco probable que ocurra.

Ahora, en verano, me toca estudiar, como de costumbre. Además de eso, Estíbaliz me consiguó un trabajo que aparentaba estar bastante bien: 35 horas semanales por 600? cuidando a los niños de un campamento de verano durante las mañanas. Acepté. Pero en lo que no me fijé en un principio fue en las horas extras de fin de semana que habría de trabajar, ni las retenciones, ni el cobro de las comidas diarias y desayunos... Así que se me queda un unos 400?. Teniendo en cuenta que además tengo que seguir pagando el alquiler del piso, que en verano al no contar con Iciar lo tenemos que pagar entre Amaia y yo, prácticamente no me queda nada para disfrute personal.

l Maktub l

Nombre: Maktub
Edad: 22
Ubicación: España

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