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24 mayo, 2006
Caminé tanto que olvidé quien soy. Hoy caminé tanto, que me vi caminando a casa de mi padre por estrechos caminos de piedra, atravesando campos, carreteras y obras. Saqué mi llave y entré. Y ahora estoy aquí, con una hoja en blanco y sin saber explicar cómo me siento. Y es que no hay cosa más difícil y más fácil de escribir al mismo tiempo.
Se ha muerto mi madre.
De repente, pero como consecuencia de un largo proceso que le llevó desde ser lo que siempre fue -una mujer alegre, generosa y vital-, a un ser humano al que su cuerpo no le proporcionaba más que problemas y desdichas.
Ha sido doloroso.
Escribo desde esa situación anímica en la que parece que las cosas no han pasado en la realidad, y en donde el vacío de la ausencia no ha manifestado todavía la ferocidad de su profunda oscuridad. Curiosa condición la de los seres humanos. La enterramos ayer por la mañana; me emborraché un poco comiendo y riendo con mis grandes amigos, y por la tarde se empezó a recomponer un puzzle formado por el recuerdo, la emoción desbordada y la perplejidad.
No sé si estoy triste o no lo estoy, pues hacía ya muchos años que me había hecho a la idea de que cualquier día sonaría el teléfono con la noticia.
No me quedan lágrimas.
l Maktub l
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17 mayo, 2006
Hoy fui a casa de mi amigo Jonne a recoger unos cds y a despedirme de él. Hasta julio, cuando acabe mis examenes, no volveré a Santander, así que quería despedirme y aclarar que, pese a la conducta de su novia el otro sábado, no estaba resentida con él.
Pasamos a su habitación y estuvimos un buen rato hablando y riendo. Al rato su madre le llamó para que la ayudara con no se qué aparato en el piso de abajo. Tenía el ordenador encendido y con la bandeja de entrada del Hotmail abierta. Aproveché su ausencia para echar una ojeada y ver si tenía algún e-mail que mereciese la pena, como muchas otras veces había hecho, tanto él como yo.
Sé que hice mal, nunca debí haber abierto un correo personal, nada de esos de cadenas... Y sé que estuvo aún peor por el hecho de que fuese precisamente de ella; pero, comprendanme, sólo quería saber si en realidad es tan desagardable como yo la veo o es sólo una máscara que se pone en mi presencia. Así que lo abrí y empecé a leerlo.
No me dio tiempo mas que para leer dos lineas, así que, antes de que volviese mi amigo me lo envié a mi dirección. Estuvo mal, lo sé. Mirar la correspondencia privada de alguien esta muy mal, aún si es tu mejor amigo; y todavía peor está el copiarla. Lo sé, lo sé. Pero necesitaba leerlo, analizarlo, volverlo a leer y así, quizá, entendería porqué me odia tanto.
Y me destroza que ella exista, que respiréis prácticamente en el mismo metro cuadrado, que su puto brazo tropiece con el tuyo. Que la mires. Que tengas ganas de estar con ella, que os riáis de lo mismo, que escuchéis música estando juntos. Que habléis. Me revuelve las tripas que te guste su pelo o su boca o su ropa o sus ojos o lo que coño sea que te gusta de ella. Me da asco que estéis cerca. Odio su nombre. Odio que ella diga el tuyo. No quiero que te hable, no quiero que escuches su voz, y mucho menos quiero que ella escuche la tuya. No quiero que tengas la necesidad de decirle nada. Detesto que os miréis. Detesto que cuando no estéis juntos alguien piense una milésima de segundo en el otro y sonría. La detesto.
Él no sabe que lo lei, ni nunca lo sabrá.
Lo bueno de todo esto es que ahora sé perfectamente como sacarla de sus casillas delante de él, y así, quizá, algún día se de cuenta con la clase de monstruo paranoico con el que está saliendo.
l Maktub l
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11 mayo, 2006
La esperanza
es la llave
de nuestros corazones
Llévanos por el sendero
a través da los días duros
La falta de comprensión
nos rodea
Como pájaros hambrientos
nos echamos
sobre las migas de felicidad
La risa te ayudará
En la lluvia
no se ven las lágrimas
naciendo
Estamos condenados a muerte
No tienes fe
Este pensamiento
está lleno de terror
Qué pasará
cuando llegue el fin?
l Maktub l
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10 mayo, 2006
Fin de semana movidito. Ha habido de todo; por haber, ha habido hasta tortas -estampadas en mi cara, desgraciadamente.
No lo entiendo, de verdad que no. No se qué se le pude estar pasando por la cabeza para que aún siga con ella. Ha dejado a chicas majísimas por razones estúpidas y, a una que tiene que dejar por estúpida, no encuentra razones, dice.
Es más, no se qué demonios ve en esa chica.
Me repito: no lo entiendo, por más que lo intente, por más que quiera comprenderle, conocerla, hacerme su amiga o llevarnos minimamente bien, al menos.... Pero es imposible razonar con una persona como ella.
Si alguna vez pensé que nadie podría morirse de celos, me equivoqué. Tan sólo le basta una sonrisa hacia él para imaginarse la más grande de las perversiones, acusar, señalar o incluso soltar bofetadas....
Y yo sigo aquí, viendo cómo le manipula, cómo le prohíbe hacer cosas que siempre había hecho o le obliga a otras; cómo no deja que se acerque a ciertas personas.... y todo ello con el llanto y el enfado como chantaje. Viéndolo, sin poder decir una palabra al respecto, todo por él, por su amistad, amistad que ya no se si merece la pena conservar.
Y es que él cree que no hay otra manera; yo creo que esa chica no le conviene.
l Maktub l
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07 mayo, 2006
Creo que por segunda vez en mi vida estoy cansada de renunciar a lo que me apetece por hacer lo más correcto. Ya no distingo entre duradero y eterno; entre grande e infinito.
La mitad derecha de mi corazón está demasiado usada y creo que jamás, jamás, jamás podré ofrecérsela a nadie.
Lo siento, yo siempre amaré a medias.
l Maktub l
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05 mayo, 2006
A quien coño se le ocurre a 4 semanas de terminar las clases poner otra práctica?
Es de dementes ¬¬
l Maktub l
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04 mayo, 2006
Tengo una costumbre, no se si llamarla manía; no, todavía no.
Se trata de abrir una ventana del msn a todos mis contactos conectados. Da igual que estén no disponibles, ausentes o incluso si han salido a comer. A mi no me importa; están allí y siempre acabo abriendo la ventana para después dejar cualquier tipo de mensaje, según la confianza.
A algunos tan sólo les pongo el típico "hola, estas ahi?", y a otros les he llegado a escribir párrafos enteros, auténticos monólogos conmigo misma sobre las cosas más inverosímiles.
Normalmente hasta al cabo de unas horas no llegan a leerlo, y la mayoría de las veces ya no estoy para que puedan responderme. Una pena, pero aún así lo sigo haciendo.
No sé muy bien porqué lo hago.
Quizá sea simplemente educación. Para mí el msn es como entrar en una gran sala en la que te encuentras con muchos de tus conocidos y tus amigos a los que, de ser real y tactible esa sala, debieras saludar; por educación, como he dicho antes.
Otra de las razones es porque estoy segura de que a más de uno le he arrancado una sonrisa con mis ilógicas historiestas. Sonrisas que nunca están de más.
Además, según como yo lo veo, si alguien te abre una venta es porque quiere hablar contigo, pasar un rato en tu compañía -aunque sea virtual-, compartir algo o preocuparse por tí.
Y eso, al fin y al cabo, es lo que todos buscamos en la amistad.
l Maktub l
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03 mayo, 2006
Ahora mismo me encuentro ante un gran salto al vacio, y lo unico que desearia seria no una cuerda, sino la confianza en que al tirarme, debajo, no me importa ni quien, ni como ni por que, halla alguien para recogerme, porque me temo que sino, la galleta va a ser de escandalo ? Si no creo que hay posibilidades de aprobar ( llegar bien abajo) me siento incapaz de atarme los playeros ( estudiar ), ni de saltar ( examinarme ), tambien se que, la mayoria de estos saltos, debido al factor suerte, son ?inofensivos?, pero sin embargo no me atrevo, y si no me atrevo, posiblemente me quede estancao por idiota ?
l Maktub l
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02 mayo, 2006
No puedo dormir. Igual que ayer, e igual que el día anterior. Igual que todos los días desde el lunes. Y anoche dormí dos horas, pero aún no puedo dormir, y no creo que lo haga hasta las cinco de la mañana. Tengo la sensación de estar perdiendo totalmente el control de todo lo que está a mi alcance. De estar echando a perder una realidad maravillosa por un sueño, no sé si mejor, pero imposible. No quiero querer lo que quiero, no quiero sentir lo que siento. Pero se me ha escapado el poder de decidir. No lo encuentro. Es como el miedo escénico. Nadie quiere ponerse nervioso cuando habla en público, pero la taquicardia y el cosquilleo en el estómago previos al momento clave son inevitables. Yo estoy expuesta constantemente a ese miedo. Al final, me dará un infarto.
Ya no sé de dónde sacar el tiempo para estudiar. Aunque cueste creerlo, me sobran las ganas. Nunca pensé que veinticuatro horas al día fuesen tan insuficientes. No veo resultados a todos los esfuerzos que estoy haciendo, y creo que me estoy hundiendo poco a poco entre todos esos letreros. Letreros idénticos, todos con la misma palabra escrita en tinta negra. Inútil.
l Maktub l